Hay días en los que deseas no levantarte de la cama y dejar que pase el tiempo, a ver si mejora.
Así ha sido esta semana, horrorosa. Dicen que dios no ahoga pero aprieta, pues yo hay días que no me siento ahogada, sino más bien estrangulada.
Intento pensar en las cosas buenas que tengo, que son muchas; en las personas que me quieren, que también son muchas. Pero cuando la tormenta es tan fuerte, es difícil pensar en el buen tiempo.
Necesito un poco de aire para respirar, descansar un poco, un tiempo de tregua para recuperarme de este sin fin de cosas que no cesan de pasarme.
Espero ver un poco de luz pronto, porque hay días que no tengo fuerzas para levantarme.